Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de paz, aún en medio de una guerra.
Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.
Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.
Y seguiré gritando, aún cuando otros callen.
Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas.
Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.
Y regalaré motivos de alegría donde sólo haya tristezas.
Invitaré a caminar al que decidió quedarse.
Y levantaré los brazos a los que se han rendido.
Porque en medio de la desolación, siempre habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros.Y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol; y en medio del desierto, crecerá una planta.Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y mariposas que nos brinden su belleza.Pero si algún día ves que ya no sigo, no sonrío o callo, acércate y dame un abrazo o regálame una sonrisa; con eso será suficiente.Seguramente, me habrá pasado que la vida me abofeteó y me sorprendió por un segundo.
¡Ese gesto hará que vuelva a seguir mi camino. Nunca lo olvides.
Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación.
(Romanos 14:19)